domingo, 8 de marzo de 2015

It follows. Nadie puede huir de lo que ha de venir

David Robert Mitchell se estrena en el género del “art horror” con una película que homenajea a Carpenter, consiguiendo con "It Follows" una atmósfera inquietante y una trama espeluznante que te sumerge en tu butaca o en el hombro de tu acompañante. Ya investigó el tema de la búsqueda del amor, la sexualidad y la adolescencia en su anterior film de corte dramático y apuntes de comedia llamado "El mito de la adolescencia" (2010) pero sin duda, con un enfoque completamente diferente al que nos presenta con su nueva producción.

Mitchell propone en esta ocasión un relato con un guión visto ya en diversas producciones: un virus que se contagia, esta vez, a partir de las relaciones sexuales. No podemos evitar recordar con cierta nostalgia la genial "Fallen" de Gregory Hoblit (1998) en la que Denzel Washington en el papel del detective Hobbes, perseguía al demonio Azazel quien se trasladaba de un cuerpo a otro a través del tacto. 

En "It Follows" es el exceso de contacto lo que provoca el mal, un mal que te sigue por muy lejos que vayas o muy bien que te escondas. Lo interesante del proyecto es que durante todo el film se plantean situaciones que son muy cotidianas en nuestra sociedad contemporánea: promiscuidad, aceleración, decisiones incorrectas aderezadas con libertinaje. Además, se puede afirmar que con esta cinta se han creado los pilares de una nueva saga de terror vinculada a las tantas y tantas con las que ya contamos: "Halloween", "Pesadilla en Elm Street" o una más actual como "Destino Final". 

La película ha ganado varios premios internacionales y nos quedamos un poco decepcionados al no ser galardonada con ninguno en la pasada edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges, ya que era una de las favoritas. Entre otros, ha recibido el premio a la Mejor Película en el Fantastic Festival de Austin, el premio de la Crítica y el Youth Award Denis de Rougemont en el Festival Fantástico de Neuchatel (NIFFF) o recientemente el Gran Premio y el Premio de la Crítica en la 22ª edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Gerardmer.  

Es increíble la connotación que tiene la música, los sonidos, la fotografía y el ambiente en general a lo largo de toda la trama. Rich Vreeland consigue con su tratamiento carpentiano, unas escenas inquietantes que nos mantienen en todo momento angustiados y temerosos de ser encontrados allá donde se refugian el elenco de actores. Y es que la música se convierte en un personaje más que interactúa con el público a la vez que aporta un intenso grado de participación en los hechos que se suceden. Nos acompaña a lo largo de todos los hostigamientos en los que el Mal persigue a la protagonista por los suburbios de un Detroit real no identificado en el film.


Jay (Maika Monroe) tiene relaciones sexuales con un desconocido en su coche. La banalidad de este hecho que no debería tener más repercusiones se convierte en el epicentro de toda la cinta como si de un seísmo se tratara. La onda expansiva que provoca el haberse enrollado con una persona extraña, desencadena que sea perseguida por una entidad perversa que pretende asesinarla. Su amigo Paul (Keir Gilchrist) la apoya y la ama en silencio. Le ayuda en todo lo posible intentando evitar el Mal que los acecha.

Si queremos considerar una parte filosófica, podríamos decir que la protagonista sigue el patrón de comportamiento actual que se denota en gran parte de los “casi adultos” que rondan en nuestra sociedad. Y es que, el “amor líquido” que plantea el sociólogo Bauman sobre la fragilidad de los vínculos, toma una forma desmesurada que nos conduce a reflexionar sobre la manera en la que decidimos según qué aspectos de nuestra vida. Como por ejemplo, con quién nos acostamos. Tiene que prevalecer la razón apolínea o la dionísica pasión. 


El autor demuestra que tratamos al otro como si de mercancía se tratara. Así pues, Jay se da cuenta tras volver de su aventura cómo diferentes personas conocidas la acosan con una sola intención: matarla. Su perseguidor toma diferentes formas humanas sólo visibles por ella misma. Su única manera de salvarse será… tal y como le dice su amante: “vete lejos y pásaselo a alguien”. Es decir, la protagonista ha de volver a tener otra relación sexual para así contagiar el ansia asesina a otra víctima. Como dice el refrán: “huir por vileza es vergüenza, evitar un peligro es prudencia”.

La muerte es otro de los temas que trata el director. La cinta plantea que tarde o temprano la guadaña cortará los hilos de nuestra vida. La inexorable finitud de la vida queda reflejada en la anáfora que se muestra con la sucesión de personas que han tenido relaciones sexuales con el fin de poder salvarse. Así, es inevitable que finalmente vuelva a tocarte. Y como si de un juego se tratara, puedes pasar el testigo aunque a veces tengas dudas morales. ¿ A quién elegirás para tu salvación? Normalmente siempre herimos a las personas que más queremos.

El dejarse llevar por los placeres parece que ha dejado de ser frívolo con la película que se nos presenta. Decidamos nosotros con tesón y ahínco con quién queremos buscar el momento de … ver la película y adentrarnos en lo que podría ser un nuevo inicio de una genial y asfixiante saga. Su estreno, el próximo 13 marzo en las carteleras americanas; en nuestro país tendremos que esperar un poco más para verla en cines. 

Sergi Sanmartí.

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